La doma clásica es una disciplina fundamental en mis caballos. Es la base del entrenamiento. Donde me centro y donde hago mucho hincapié. Es imprescindible buscar mucho la descontracción del caballo, el dominio de su cuerpo, el equilibrio y la reunión.
Cuando termina la temporada los caballos que han llevado todo el peso se sueltan al prado, se dejan descansar, se ponen en el caminador, se les da cuerda… Tienen dos meses más de descanso y de recuperación. Un descanso tanto físico como mental que es primordial. Pasados estos dos meses, se vuelve al trabajo, que sigue dos caminos en función de la veteranía de los caballos
Con los caballos que ya son veteranos y que conocen su técnica se trabaja mucho el físico. Es fundamental que estén bien físicamente. Y según se van acercando las fechas de las corridas, vas incorporando el entrenamiento específico de la Tauromaquia, integrando la figura del toro.
Pero el tiempo de descanso de los caballos más veteranos no es descanso para el jinete. El invierno es la mejor época para dedicarle todo el tiempo del mundo a preparar caballos nuevos y a mejorar algunos aspectos de los más jóvenes. Es un trabajo puro de doma.
Una de las cosas más importantes es trabajar y estimular mucho el galope, ya que para torear se usa sobre todo el galope. A partir de este momento, la preparación y entrenamiento de cada animal toma un camino distinto. A esa importante base de doma clásica se le une un intenso trabajo técnico con el carretón. Por un lado, se les enseña el sitio en el que creo que cada caballo puede destacar. Y, por otro lado, se les prepara para uno de los tres tercios que componen la lidia: salida, banderillas y último tercio.
Del campo a la plaza
El trabajo con el carretón, del mismo modo que ocurre con cualquier actividad física, va siempre de menos a más. Empiezas un poco más suave al principio para después ir comprometiendo un poco más al caballo y poniéndolo más de frente. Finalmente, una tercera parte de la preparación consiste en el entrenamiento con vacas. Un ejercicio fundamental para que el caballo vaya cogiendo experiencia ante la bravura. Es entonces cuando se decide sobre los resultados.
Cuando se considera que el caballo está preparado, torea primero por los pueblos para que se vaya rodando, para que también se acostumbre a viajar… Hay veces también que primero torea de salida para que el caballo al principio vaya más por fuera del toro y vaya cogiendo experiencia. Luego, puede pasar al tercio de banderillas, que es un sitio mucho más comprometido y arriesgado con una técnica mucho más depurada. Depende un poquito de cada caballo. Al final es como un novillero, también tiene que ir toreando para ir rodándose e ir cogiendo experiencia.
El invierno también es tiempo de buscar nuevos toreros. Para probar nuevos caballos o caballos jóvenes lo primero que hago es tener un caballo con una base de doma, un control, para saber las reacciones que tenga el caballo con el carretón o las vacas. En definitiva, para tener una información más exacta. Así, me gusta «perder» algo de tiempo con ellos y que estén bastante controlados a la hora de probarlos. Al potro cerrero se le empieza a montar y se le va dando esa importante base de doma clásica precisamente para eso y, más tarde, se prueba con una vaca mansa y con el carretón para ver cuáles son sus gestos.
Nombres propios
Hay caballos como es el caso de Ojeda o Apolo, caballos con muchísima experiencia, con los que también es bonito dejarse llevar. Dejarles que ellos mismos se expresen delante de la cara del toro y te digan por dónde ir. Escuchar y entender lo que el caballo te quiere transmitir en cada momento que pisa el ruedo es condición de que ese animal torea. Y de que es torero. Son caballos que tienen ya un sitio consolidado, por lo que muchas veces es más dejarte llevar que imponerles por dónde ir.
Embroque y Capricho son dos de esos caballos que recientemente han demostrado en el ruedo que son figuras. Embroque, cruzado de lusitano con anglo-árabe y del hierro de la casa, ha sido elegido como uno de los mejores caballos de la temporada 2019. Es ahora mismo el caballo que más me deja hacer el toreo que yo quiero y siento. Un toreo muy puro, con un embroque muy cruzado con el toro, dejando siempre los pechos… Es muy torero y tiene muchísimas facultades.