– La prensa destaca la actuación de GALÁN en ZARAGOZA
Los princiales medios de comunicación han destacado la gran actuación de SERGIO GALÁN en la plaza de toros de Zaragoza el pasado sábado. A continuación recogemos las crónicas de El Heraldo de Aragón, ABC y Burladero.es.
HERALDO DE ARAGÓN
El niño y la botella de agua
Un disparatado caballero portugués montado a caballo puso la nota discordante de una armoniosa corrida de toros de los Espartales, donde Sergio Galán brilló con más luz que Pablo Hermoso de Mendoza. Ambos pudieron salir por la puerta grande.
ÁNGEL SOLÍS. Zaragoza | No sé por qué, aunque me lo imagino, los rejoneadores llevan en sus cuadrillas toreros que bien merecen un viaje con el Inserso. O un retiro. Canosos, con monteras dieciochescas, se pasean tan bien por el callejón que son dignos de alabanza. Ayer, por contra, me llamó la atención un espigado joven, con gafas al uso y una inseparable botella de agua mineral, dedicado a corregir los errores de los peones y a jalear a uno que iba a caballo vestido a la Federica. La botella, como el agua, no eran de marca aragonesa. Más bien, pudo venir de Lourdes -por aquello del milagro- porque el líquido elemento apareció en el callejón como se fue: intacto. Inmaculado. Y yo con sed.
El "niño" trotó tanto por el callejón -botella en ristre- como el caballero portugués que abrió plaza. Es un decir. Ribeiro Telles, acuérdense de ese nombre, es el peor rejoneador que he visto en mi vida. Ayer es de esas tardes en las que piensas que esos pobres caballos deberían cambiar de rejoneador. Su primer toro, con cuajo, noble y repetidor, es de los que te gustaría haber visto en otras manos. El caballero ni templó ni enceló ni clavó. Sus rejones parecieron lanzas de lo lejos que clavó. Trotó, como el de las gafas, sin sentirse torero a caballo. Posiblemente no lo sea. Y sin el posible. Galopó en busca de la reunión al grito profundo de "¡eh, toro!", como si el pobre animal comprendiese que le estaba retando. Cada uno fue por su lado. El portugués encontró carne porque se movía. Y mucho. Y bien. Con tranco de los toros que merecen ser vistos de otra forma. Mató mal. Muy mal. A la última, después de más de 15 descabellos. Lo siento pero perdí la cuenta. Como el presidente. Al cuarto, mansurrón y detective -saltó tres veces al callejón en busca de amigos-, le hizo las cosas tan mal que hasta el caballo Paquirri le rehusó de forma descarada. Con Opio, precioso tordo rodao, logró un embroque al estribo. No dio para más. Con el rejón de muerte pasó un quinario. Con la cruceta, más todavía. Se empeñó en descabellar con el firme propósito de oír los clarines y que el manso se fuera por el mismo sitio que había salido.
Suplico que vuelva para la feria del Pilar. Y el de las gafas y la botella de agua, también. Por favor. El lleno está asegurado.
Cierto es que Pablo Hermoso de Mendoza tiene al público zaragozano de su parte. Y el de la ribera, que no es poco. Cae bien. Como todo cuanto realiza sobre sus monturas. Ayer no fue su tarde. Tampoco la peor, pero no estuvo a gusto. Su lote, sin ser el peor, poco le ayudó. A su primero le faltó chispa, gas. Emoción en suma. Hermoso lo templó, lo llevó cosido a la grupa de Chicuelo y aunque le dio todas las ventajas, el toro no respondió. Sensacional -por ejecución-, al darle todas las ventajas al toro en un par de banderillas cortas a dos manos montando a Sármata, sin duda el mejor y más redondo caballo de su cuadra. El rejón cayó trasero y bajo y de ahí que sólo se le concediese una oreja.
Con el quinto, con muchos pies de salida, intentó quitarle la búsqueda de las tablas. Sólo cuando le dio sus terrenos, el toro pareció sentirse agradecido y embistió por derecho. Tres intentos de quiebro en los medios, con los pechos de Chenel por delante, dejaron la rúbrica de un perfecto maestro a caballo. Fusilero bailó al son de una música que marcó claramente que el toro se estaba apagando. Se rajó cuando vio que sus cansinas embestidas no llegaban a rozar las perfectas reuniones de Sármata. Pablo clavó siempre al estribo, arriba y con una precisión casi meridiana. El rejón de muerte cayó bajo y un pelín desprendido. Se le pidió la segunda oreja y el presidente, muy correcto toda la tarde, hizo bien en no concedérsela.
Sergio Galán bien pudo abrir la puerta grande de no haber sido por su fallo con el rejón de muerte. Galán es un rejoneador que domina a la perfección la doma. Todo cuanto hace es puro. De verdad. Sin esa falsa modestia que poseen algunos rejoneadores cuando salen airosos de los lances. Sergio Galán puede ser ya el digno sucesor del "rey" Hermoso de Mendoza. El tercero de la tarde, altón, tan astinegro como distraído y mansón, se dejó clavar en los medios. "Charro" se dejó acariciar las ancas en un par de ocasiones. Galán, templando, lo toreó con un mimo exquisito. Citó en corto, siempre por derecho, le dio los pechos de sus caballos y reunió en una moneda de dos euros.
Al toro de la jota, anovillado de cara, pero prieto de carnes, lo enceló pronto. En el centro del platillo. Sin más. Con Montoliú, un precioso bayo, quebró por tres veces consecutivas. De impresión. Espeluznantes. Para entonces, el público, que había pedido la música con insistencia, se abandonó a su suerte, se puso en pie y aclamó al joven torero. Tres banderillas cortas a lomos de Mago rubricaron una de las mejores actuaciones de Sergio Galán en Zaragoza. Sólo su fallo a espadas le privó de un gran triunfo.
Acabo con el dolor de corazón por la pérdida de un entrañable amigo que será enterrado hoy en Ejea. Jesús González "el Tano" , el popular, humilde, tan sincero como campechano Tanico de Ejea, falleció el pasado viernes sin habernos dado tiempo a rezar por él. Que descanse en paz.
ABC
Sergio Galán se tutea con Hermoso de Mendoza
Á. G. ABAD. ZARAGOZA.
Pablo Hermoso de Mendoza y Sergio Galán dieron una excelente tarde de toros. Los dos lucieron a un alto nivel y si bien el rejoneador navarro dejó de nuevo la impronta de su magisterio, el joven Galán no se arredró y trató de tú a tú al maestro. Lo mejor de Sergio Galán sucedió con el buen sexto de la manejable corrida de Los Espartales. Hizo todo muy templado, con gran limpieza y arrojo, y cuajó una faena que iba camino de la puerta grande y que se vio frenada por los dos pinchazos previos a un certero rejonazo.
Pablo Hermoso destacó sobremanera con el complicado quinto, que cortaba mucho y con el que se aplicó a fondo.
El portugués Ribeiro Telles no se acopló con el mejor lote. Mató fatal y a punto estuvo de ver a sus dos toros camino de los corrales.
San Jorge
Plaza de toros de la Misericordia. Sábado, 21 de abril de 2007. Primera de feria. Unos 6.000 espectadores. Toros de Los Espartales, correctos de presentación y manejables.
Antonio Ribeiro Telles, cuatro rejonazos de feo estilo y una veintena de descabellos. Dos avisos (pitos). En el cuarto, tres pinchazos, rejonazo y cinco descabellos. Dos avisos (silencio).
Pablo Hermoso de Mendoza, pinchazo y rejón arriba (oreja). En el quinto, rejonazo (oreja con fuerte petición de la segunda).
Sergio Galán, dos pinchazos y rejonazo (vuelta al ruedo). En el sexto, dos pinchazos y rejonazo (oreja).
BURLADERO.ES
Hermoso y Sergio Galán, en franca competencia, triunfan en Zaragoza
VANESSA TAMARIT
Zaragoza
El tándem Hermoso-Galán se ha convertido en garantía de espectáculo, al menos cuando se les acartela en la plaza de toros de La Misericordia de Zaragoza. Ambos rejoneadores han dado muestra en el festejo de esta tarde de que se encuentran en plenas facultades para realizar faenas meritorias incluso ante enemigos con escasas posibilidades.
Destacó Hermoso en su primero en tres excelentes pares de banderillas montando a “Rondeño”. Entregado y seguro se pegó un arrimón. Con “Sármanta” colocó las banderillas cortas y se metió al público en el
bolsillo. Colocó incluso un par a dos manos.
Su segundo toro fue algo más apagado pero el estellés volvió a encandilar a los tendidos. Anduvo firme montado a “Curro” y a “Chenel”. Certero en banderillas y en el rejón de muerte. Se le pidieron las dos orejas pero sólo una le fue concedida.
Sergio Galán podía haber cortado más trofeos de no haber fallado a la hora de matar a sus dos toros. La faena a su primero tuvo mucho mérito puesto que fue el propio rejoneador quien hizo todo lo posible para dar espectáculo. Con este toro, parado y sin fijeza, el conquense dejó constancia de que es un maestro del rejoneo. Colocó excelentes pares al quiebro arriesgando mucho e hizo un esfuerzo por llevarse el toro a su terreno. Pudo haber cortado un trofeo pero falló con el rejón de muerte.
Con el “Toro de la jota” Galán armó un lío. Salió a por todas y dejó pasajes que hicieron ponerse en pie a los tendidos. “Montoliú”, “Ciclón” y “Mago” fueron los aliados en esta demostración de valor en el arte del rejoneo. Los pares fueron perfectos de colocación y ejecución. Entusiasmó el galope acompasado de su caballo al son de la música, pero finalmente se demoró en la suerte suprema. Cortó una oreja que podían haber sido dos.
Ribeiro Telles no tuvo suerte tampoco a la hora de matar a sus dos oponentes. Con su primero se mostró algo frío y en el segundo fue más jaleado pero a su labor le faltó movilidad y transmisión.