Sergio Galán sale a hombros en la plaza francesa de Bayona
Los espectadores franceses han disfrutado del toreo clásico y puro de Sergio Galán en una corrida en la que la técnica y el buen gusto del torero a caballo ha destacado por encima de sus toros.
El primero de Sergio, ha sido el peor de toda la tarde pero el buen hacer del torero ha hecho que éste pudiera sacar todo lo que el toro tenía dentro. Lo recibió con Uranio, con el que clavó dos rejones de castigo. El toro salió muy suelto y descompasado, desarrollando mucho genio. Uranio se dobló con él por ambos pitones y consiguió centrar la atención del toro. El tercio de banderillas comenzó con Ojeda, que toreó con quietud doblándose con el de Los Espartales, toreando de costado y templando a su oponente. Trópico llegó al público con las dos banderillas que Sergio clavó sobre él. El torero hizo disfrutar al público con bonitas y lentas pasadas. Para matar, Sergio eligió a Charro, con el que clavó dos rosas y un gran rejón a un toro que no disminuyó su dificultad hasta que cayó al suelo. La faena, muy laboriosa, fue premiada con una oreja.
&nbnbsp; El segundo fue un poco mejor que el anterior. Aunque al principio salió suelto, dando la sensación de querer saltar al callejón y buscando las tablas para salir, Sergio logró encelarlo en Amuleto, que estuvo sensacional doblándose con él en un tercio en el que Sergio clavó un solo rejón de castigo. Continuó el tercio de banderillas con el gran Vidrié, que pudo estar por encima de su oponente gracias a la gran técnica del torero. Aunque el toro no tenía mucha fijeza, el tercio de banderillas resultó un gran espectáculo con las pasadas de Vidrié por los adentros y los embroques de la suerte. La faena iba in crescendo y cuando salió Apolo, los tendidos empezaron a vibrar. A pesar de la inquietud del toro que dificultaba el espectáculo, las primeras banderillas fueron bonitas y Apolo pudo bailar en la cara del toro. Con el par a dos manos que puso Sergio llegando muy despacito al toro, como a cámara lenta, el público estalló en una fuerte ovación. La imagen era preciosa, torero y caballo frente a frente con el toro, de punta a punta de la plaza se fueron acercando despacio hasta que, ya en la cara, Sergio clavó ese par con un perfecto embroque. Sacó a Fado para colocar tres rosas perfectas en todo lo alto y a Charro, de nuevo, para matar y clavar un gran rejón de muerte. La gran faena le valió una oreja, aunque el público le pidió insistentemente la segunda. Cosas del palco, como siempre… Pero esta vez, pudo salir a hombros con dos orejas en el esportón.
Reseña: Con lleno en los tendidos se ha lidiado una corrida de Los Espartales. Sergio Galán, oreja y oreja con fuerte petición de la segunda. Completaban el cartel Pablo Hermoso de Mendoza y Leonardo Hernández.