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Sergio Galán

Los medios de comunicación se hacen eco de la 8ª puerta grande de Sergio Galán en Madrid

Crónicas de la 8ª Puerta Grande de Madrid.

99.9 Valencia radio – El Toreo

Cadena Ser – los Toros de Manuel Molés

A partir del minuto 26 podréis escuchar la intervención de Sergio.

 

La Cope – El Albero. Tertulia taurina

A partir del minuto 4 podréis escuchar la intervención de Sergio

Cultoro

El niño que se curró la gloria

Sergio Galán atraviesa su octava Puerta Grande de Madrid con tres orejas con una mala corrida de Bohórquez que sólo tuvo un toro bueno; oreja a la raza de Lea y de vacío un Hermoso sin material

De aquel niño que montaba a caballo antes de caminar y jugaba a ser alguacilillo en los pueblos de La Mancha al que hoy atravesaba la Puerta Grande de Madrid por octava vez en su carrera han pasado por la vida de Sergio Galán sinsabores y dulzuras, pero jamás, ni en los momentos de triunfo, ni en los de decepciones ha suprimido de su lista de valores un vocablo fundamental: trabajo. La constancia de querer ser, la tenacidad de alcanzar las metas y la capacidad de soñarlas aún más grandes han hecho del taranconero un figurón del toreo que jamás se ha fallado a sí mismo. Ni en la plaza ni en los despachos. Por eso no tiene problemas en mirarse al espejo cada noche, y eso es más de lo que pueden decir muchos.

Desde aquel primer cartel en Los Hinojosos -por el que siempre está agradecido al entonces alcalde y jamás ha olvidado- a la rotunda actuación que firmó hoy con el mejor Bohórquez del encierro han pasado veinte años. Mientras iba lloviendo por ellos, Galán elegía el caballero que quería ser, el toreo que quería realizar, los objetivos que quería cumplir y el hombre en que se quería convertir. Y curró para lograr todos y cada uno de los hitos del camino. No lo debe haber hecho muy mal ese chaval risueño y educado que guarda el carácter para quien lo tiene que sacar, porque del tipo que soñó ser al que finalmente es la variación es muy poca. Elegante, comedido, generoso en la actitud pero parco en alharacas, fino en la comunicación con los caballos para torear. Y torear sin buscar la complicidad del tendido más lisonjero. Porque recibir el premio a lo que no considera complicado sería exigirse muy poco y haber invertido muy mal media vida de trabajo.

El niño que ayer sostenía orejas y rabos para entregar a quienes admiraba se ha convertido hoy en el admirado por todos. Y lo ha logrado a base de ofrecer la grupa templada de Amuleto al cadencioso segundo que le salió a Fermín para salvarle los muebles. En la puerta de chiqueros lo esperó para que se fuese por otro lado, pero el toreo tiene paciencia cuando se tiene tan claro, y los medios fueron testigos de dos recortes que fueron trincherazos antes del clavar el rejón. Y cayó arriba. Ya sabía Sergio lo que tenía entre las manos. Porque haber currado tanto es lo que tiene; que sabes cuándo se te acurruca la gloria en la mitad de una mano.

Por eso cuando se montó sobre Ojeda ya sabía Sergio que lo iba a cuajar. El tordo lusitano de baja alzada y corazón caliente le ofreció sin un mohín el pecho entero a los dos pitones, le rodó el pitón para colocarlo y se lo dejó luego debajo de la barriga para templar la exposición. Madrid en pie. Y aún no había clavado. Pero cuando lo hizo, con la banderilla enhiesta en la plenitud del lomo, Ojeda ya se había adueñado de la embestida con ritmo, del acompasado trotar con ese pasar delante de la cara con delicado valor, sin crispar ni escorzar el gesto. Era elegante el toreo de Galán, era templado y era generoso en la entrega, como lo fue Titán para hacerle el toreo en corto y ralentizarle las piruetas en la misma cara para que nada desentonase del concepto traído a escena. Fue Óleo el que le dejó ese momento volcado sobre el animal para que lo reventase de un rejonazo el que ya tenía el premio mayor. Y fue rotundo. Tal vez el más rotundo de sus ocho veces en Madrid.

Pero aún quedaba un toro, y esta vez se comió el malo. Manso, defensivo y sin voluntad de trotar, se encontró el Bohórquez con el trabajo de aquel niño que sabía que para torear templado hace falta lidiar correas. Apostó, además, por los reservas de lujo de su portentosa cuadra, y la calidad los convirtió en ganadores. Lo hizo con Embroque quebrando pasadas; lo hizo con el gigantesco Apolo que igual quiebra que expone que levanta Las Ventas en un tierra a tierra de puro corazón y en dos pares a dos manos. También con este había que triunfar y el curro del niño tenaz le puso otra oreja en la mano.

Como la que cortó Lea Vicens a base de raza y decisión con dos toros de acusada mansedumbre que a punto estuvieron de meterla para adentro antes de tiempo. Fue con el tercero de corrida, en una protesta de Jazmín que el toro aprovechó para meterse debajo, voltear a caballo y amazona y propinarles en el suelo una soberana paliza. Fue el único momento en que se entregó el animal. Lo demás fue arrear y parar para hacer estéril el esfuerzo de la gala. Pero al menos tuvo su recompensa con el sexto, que no fue de mejor condición, pero sí se encontró a una Lea más asentada. Dolorida y magullada, pero consciente del escenario, también a Vicens le recordó el negro toro por qué curra cada día, y por qué pone a punto a Bach para ponerlo en ritmo con un sólo rejón. No hubiera aceptado el segundo. Porque su trote cansino y su feble nobleza dio sólo para andar con digna voluntad, clavar arriba y llevarse el cariño de Madrid tras el medio rejonazo que hoy le valió.

A Pablo Hermoso, sin embargo, ni eso. Después de tantos años currando, de su alianza probada con el Diablo para mantenerse sin aflojar, hoy Belcebú y Fermín le soltaron dos mansos que ni Disparate ni Berlín consiguieron hacer brillar. Con dos silencios se fue de Las Ventas el que más logros ha conseguido por currar y currar desde niño, pero Pablo y su magisterio poco lo van a notar.

Notará -o debería- el triunfo rotundo el niño que decidió alcanzar la gloria y le puso a la empresa todo el tesón. Sólo y sin maestro que guiase sus pasos, domando a puro huevo y toreando por sentido común para alcanzar hoy de nuevo una gloria que puso el cénit de su carrera veinte años después de todo. Y con amplio margen para mejorar, porque el curro de aquel niño morirá cuando muera él.

Enlace Cultoro

 

Mundotoro

Sergio Galán, Rejoneador de Madrid

En la puerta de chiqueros, oscura boca del miedo, esperó Sergio Galán sobre el bayo ‘Amuleto’ al encastado segundo. Salió desentendido y a su aire este ‘Pastelero’, que compartía nombre con el encastadisímo ‘Victorino’ de hace cuatro días. Tras un solitario rejón de castigo, sacó a ‘Ojeda’, uno de sus caballos estrella, para protagonizar un importante tercio de banderillas. Buenas batidas clavando a la grupa y, sobre todo, muy templado en el toreo de costado. Lo llevó cosido, a milímetros del estribo los pitones. Ajustados los cambios de pista por los adentros. La faena creció aún más con el tordo ‘Titán’. Un espectáculo ver encelar al toro con sus piruetas. Hasta cinco giros de 360 grados consecutivos en la misma cara del toro. Colosal. Dos cortas con ‘Óleo’ muy reunidas y un rejonazo, caído, pero de efecto fulminante hicieron asomar una marea blanca de pañuelos. Dos orejas y Puerta Grande rotunda.

Salió con pies el quinto de Fermín Bohórquez que, sin embargo, claudicó varias veces luego durante su lidia. Lo desengañó en un palmo de terreno con el otro bayo de su cuadra, ‘Artista’. Batió con pureza luego sobre ‘Roque’. Citando en corto. Faena a más que corroboró con ‘Apolo’. Sendos pares a dos manos en los medios. Reunidos, citando de frente. Con mucha verdad. De perla a perla. Dejó sobre ‘Óleo’ un pinchazo hondo y el animal cayó fulminado de manera sorprendente. Una oreja más para su esportón.

Enlace Mundotoro

 

El Mundo

Octava Puerta Grande para Sergio Galán, más rotundo que nunca

Sergio Galán cortó este sábado tres orejas en la penúltima de la Feria de San Isidro y cruzó el umbral de la Puerta Grande por octava vez en su carrera tras firmar su tarde más completa y rotunda en Las Ventas. Galán aprovechó el mejor toro de una deslucida corrida de Fermín Bohórquez para firmar una obra cargada de talento y hondura en la que desplegó todo su potencial.

El rejoneador de Tarancón cuajó una faena extraordinaria al segundo, una obra redonda y profunda que tuvo sobre Ojeda pasajes absolutamente sublimes. Gran actuación del manchego, que cautivó con un rejoneo clásico y ligado, de mucha expresión, haciendo las suertes toda la tarde con despaciosidad e inteligencia.

Comunicación perfecta del mejor Ojeda, que como Galán, también se consagró en la Cátedra. Sobre Titán continuó la fiesta, calando en el público por la manera de batir a pitón contrario y salir de la cara con espectaculares piruetas. Muy volcánico todo. Rubricó sobre Óleo con las cortas y tumbó al toro de un rejonazo que dio paso a la explosión de pañuelos en los tendidos. Faena muy intensa y vistosa. Y las dos orejas que le hacían alcanzar de nuevo la gloria.

Completó Sergio Galán su gran tarde venteña arrancándole literalmente una oreja al quinto, un toro aplomado al que sacó el máximo partido con un caballo lleno de registros: Apolo. Imposible lograr más. Dos grandes pares a dos manos, un manejo exquisito. Estética y plasticidad. Cortó una oreja tras exhibir su fondo de cuadra.

Enlace El Mundo

 

Burladero.TV

¿A la octava irá la vencida?

Es evidente que ni es mi fuerte, ni tampoco entiendo completamente el rejoneo. Pero si hay algo que comprendo bastante poco es la situación del mismo.

Sigo sin entender el sota, caballo y rey de los carteles en donde no se abre las posibilidades a los noveles e incluso a triunfadores en grandes plazas.

Tampoco es muy positivo el «cada oveja con su pareja» de las figuras que llevan debajo del brazo a sus compañeros de terna  tarde tras tarde sin permitir a otros entrar en esos carteles en donde se sienten cómodos y por supuesto, sin llegar al enfrentamiento entre «figuras», que tanto desearían los aficionados.

Pero lo que sí que de verdad no tiene perdón de Dios es ver como un torero ha sido capaz de abrir la puerta grande de Madrid en 8 ocasiones y habitualmente, al menos las otras 7 anteriores no le ha servido para poder entrar por méritos propios en las ferias y en los carteles de relumbrón.

Una lástima, pero que alguien me diga ¿qué necesita un rejoneador para crecer después de esos triunfos?.

Sólo espero y deseo que a la octava vaya a la vencida y que tenga lo que se merece y sobre todo lo que se ha ganado en la plaza Sergio Galán. 

Enlace Burladero.Tv

 

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